Siestitas de lunas,
Terciopelos de fakires,
Solo un complemento,
Para la disonancia de su armonía.
Extraños recuerdos,
Se nublan espejos,
No dejan continuar,
La marcha de las resacas.
Terribles niños,
Derriten humanos,
Mimando los rayos,
Con sus gigantes lupas.
Excéntrico anhelo,
Magnificas soluciones,
Se avecinan a la conciencia,
Y a todos sus elementos.
Orbitas sin fin,
Se columpian frente a estrellas,
Que se esconden por el miedo,
Miedo a morir,
Terror a vivir,
Se despiden frente nuestro.
Cuando llega la oscuridad,
Es cuando desaparecen,
Por que dicha pureza,
Ya ha sido eliminada,
Por las mentes maestras,
Que disfrazan de artificio,
Ese manto hermoso oscuro.
Ya sentir es mentirse,
Si no reflejan la luz,
¿Por que deberíamos tener que ver?
Alteración de una estrella de mar
Hace 10 años
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